Siempre he intentado no tener una educación sexista con mis hijos, pero reconozco que aunque lo he intentado, al final es evidente que no lo he logrado del todo.
Parecía una tarea fácil, pero al final (no sé cómo) Adriana hace ballet, le encanta el rosa, no le gusta el fútbol, juega con muñecas y disfruta desempeñando el papel de madraza con su hermano. Por el contrario Martín nada más que vio una pelota, se puso a darle patadas, practica karate y sus juguetes son del tipo espadas, lanzas, escudos, coches...
El caso es que esta semana de vacaciones escolares se suspendieron las clases de ballet, pero no las de karate. Y ella me acompañaba a dejar a su hermano en el entrenamiento. Ahí fue cuando una de las madres le preguntó a Adriana si ella no quería hacer karate. Su respuesta fue "no".
Creo que todos interpretamos ese "no" como un no me gusta el combate, ni la lucha, ni los deportes de contacto... yo fui la primera que lo dí por supuesto. Y la conversación se acabó ahí.
Durante el caminando de vuelta a casa,
cuando ya estábamos las dos solas, le pregunté: "Adriana, ¿y por qué no quieres apuntarte a karate tú también con tu hermano? Y ahí es cuando su respuesta lo aclara todo y me deja boquiabierta.
"No mamá, a mi no me gusta el karate, sabes, porque en el combate hay normas para pelear. A mi lo que me gusta es la lucha libre, pelear sin normas" (lógica aplastante de los niños).
Ja, ja, ja.... por supuesto me quedé sin respuesta y sin más preguntas que hacerle.
Moraleja: nunca te quedes con la respuesta corta de un niño, pídele siempre una aclaración y seguro que te llevas más de una sorpresa.
Son tremendos!! Siempre consiguen dejarte con la boca abierta, al menos a mí.
ResponderEliminarEs verdad, siempre nos están sorprendiendo, a mi también.
Eliminarjajaja, muy bueno! me ha gustado mucho!!!
ResponderEliminarEnhorabuena por tu blog!
Muchas gracias! Me alegro que te haya gustado.
EliminarJajajajjJajajajajaja madre mía!!!!
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